
El inicio de la maldición
“Creo que puedo ofrecerle a Madart un tiempo que no será aburrido.” Madart, el Ministro de Kandhal, el continente más grande y poderoso de los cinco que están divididos, era el agente de los dioses, el ser humano más cercano a los dioses, pero, no podía liberarse de la maldición que lo acosaba desde su nacimiento. Cabello negro, ojos negros. Seren, que se parece a una sirena de la leyenda de la desgracia, que se cuenta como un símbolo de la miseria en el mundo. Ella, quien fue capturada como un obsequio para Madart, le susurra pidiendo que mate a todos los habitantes del pueblo que la traicionaron. “Entonces, ¿qué me quedaría a mí? De todos modos, si uno pide algo, debe haber algo que ofrecer a cambio. No pareces tan inocente como para no saberlo.” Seren era astuta, inteligente y una mujer única, y Madart la eligió. “Te amo.” Aquella persona que Madart ama siempre muere. El comienzo de la maldición es, La ‘Conciencia.’